Han pasado dos años desde que Erin volvió al pueblo y podría considerarse que lleva una vida perfecta: tiene una relación estable, un trabajo fijo y, aunque echa de menos a gente importante en su vida, parte de su quinta continúa a su lado. Además, tiene a su haya, un árbol mágico al que acude para que la ayude tomar decisiones si se siente perdida. Sin embargo, su vida se verá patas arriba cuando llegue su estación favorita y, con ella, los forasteros que buscan trabajo en Valira. De la forma más inesperada, Erin se verá enfrentándose a sí misma y a su cómoda vida para derrotar sus demonios interiores y alcanzar la felicidad que merece.

Tú y yo después del invierno es un spin-off que continúa la historia de Nosotros después de las doce. Sin embargo, en esta ocasión dejamos a Aurora de lado para ponernos en la piel de Erin, su mejor amiga. El relato está narrado en primera persona por la propia Erin, aunque alternando su voz con la de un personaje muy especial que ya apareció en la anterior novela. Así, nos topamos con una trama tranquila, como me gusta llamarlas: una historia sin sobresaltos, sin tensión, dulce y conmovedora, pero con un trasfondo doloroso y real.

No me gustan las historias de amor, pero ésta no es la típica historia ñoña cargada de clichés y tópicos. Es una historia romántica, sí, pero donde la superación personal, el amor propio y la valentía tanto para afrontar los miedos que nos atormentan como para cumplir nuestros deseos es lo más importante. Justamente es la manera tan natural que tiene Laia Soler de transmitir esos mensajes ocultos, esas lecciones, lo que más he disfrutado del libro.

Y hablando de la autora, sólo puedo decir maravillas de la tinta que brota de su pluma. La magia que desprenden todas y cada una de sus palabras, la sencillez y delicadeza de su narración, la coherencia de la historia y la congruencia psicológica de sus personajes, la ambientación tan increíblemente maravillosa a la que logra sumergirnos desde el primer momento... Es increíble.

Como decía antes, los personajes me parecen uno de los muchos puntos fuertes de la historia, y es que tengo mucho bueno que decir al respecto. Para combatir la nostalgia, nos reencontramos con personajes que ya conocemos a la perfección: Aurora, Teo, la quinta de Erin, el Abuelo Dubois, etc; pero para darle más vidilla a la historia conocemos a personajes nuevos, como los forasteros que llegan en invierno para trabajar en Valira. Me ha encantado que cada personaje tuviera una personalidad propia, pero lo que más, más, MÁS me ha gustado son los tipos de relaciones que se dan entre ellos, ya que Laia no se centra exclusivamente en el amor romántico y da importancia al amor familiar, al compañero, etc., y las lecciones de vida que se sacan de esas relaciones tan distintas.

Por otro lado, la evolución de Erin me ha fascinado. Es tan realista que es imposible evitar sentirse identificada con ella en cualquier momento. Además, la naturalidad con la que Laia describe la enfermedad mental, plasmando perfectamente el tabú que es hoy en día, me ha parecido de diez. Son en estos pequeños detalles donde se nota la calidad narrativa de un escritor, y Laia destaca de lejos.

¿Y qué puedo decir de la ambientación? Sí que es cierto que he echado un poquito de menos esa atmósfera TAN mágica que desprende Valira ya que, al centrarse la novela principalmente en los temas que os he comentado más arriba, la magia queda un poco más reducida que en el primer libro, pero no deja de tener ese toque fantástico característico tan especial. 

Así que, en resumen, sólo os puedo decir que no podéis vivir sin leer Tú y yo después del invierno. Una novela con pinceladas de fantasía que se plasman en el folklore del pueblo, con una historia romántica que no cae en tópicos manidos y con un mensaje de fondo que nos hace recapacitar y aprender a quererse una misma. Porque, al fin y al cabo, "la relación más excitante, retadora e importante de todas es la que tienes contigo misma", ¿no?