La luz que perdimos (Jill Santopolo)
H E L L O! ¿Cómo estáis, hermosuras? Espero que genial ♥ La luz que perdimos ha sido la lectura de mayo de Parada Lector. Y aunque la he esperado con mucha ansia y un hype que me moría, desde ya os comento que no sé qué tipo de reseña me saldrá, ya que tengo unos sentimientos muy contradictorios e intensos sobre el libro. Tanto, que de verdad no sé si me ha gustado o no. ¿Os ha pasado alguna vez?

Editorial: Suma de letras | Páginas: 400 | Precio: 18,90€
LECTURA DEL CLUB DE LECTURA
PARADA LECTOR
La literatura romántica en sí no
es un género que me apasione ni que suela leer, pero este libro tenía un no-se-qué-que-qué-se-yo
que me daban ganas de tener. El libro está narrado en segunda persona, es
decir, en todo momento Lucy está dirigiéndose a Gabe. Es un detalle que me ha
gustado ya que, como En el chico que dibujaba constelaciones,
me daba la sensación de estar leyendo unas palabras íntimas que no eran
para mí, pero que no podía dejarlas pasar. Entre eso y el lenguaje tan
sencillo, directo, cercano y atrayente de Santopolo, la narración resulta
adictiva, y es que una vez que empecé el libro no lo solté hasta
terminarlo, hecho que duró bastante poco.
La trama me llamaba la atención
tanto por esas idas y venidas que se intuyen durante los trece años que pasan
separados como por saber si finalmente triunfaría el amor y terminarían juntos.
Sin embargo, veo varios puntos negativos al respecto debido a que,
quizá, tenía las expectativas bastante altas con la historia. En primer lugar, he
sentido que la narración se quedaba a un nivel MUY superficial en el que no era
necesario contextualizar mucho más en la vida de Lucy porque lo único que
importa es el amor que siente por Gabe, cuánto le extraña o como cualquier
nimiedad de la vida diaria le hace pensar en él. Sí, sé que es una novela
romántica y que no estoy acostumbrada a este género, pero me habría gustado
conocer a una versión exclusiva de Lucy, no a una mujer enamorada que a veces
manifiesta tener un vida más allá de su romance. En segundo lugar, aunque va de
la mano del primer punto, la historia me ha parecido bastante irreal ya
que todos tienen vidas idílicas, una suerte increíble y/o consiguen sus
objetivos (que son bastante ambiciosos, por cierto) sin despeinarse.
Respecto a los
personajes, sinceramente no me ha gustado ninguno (salvo Darren, quizá) porque no
he llegado a conectar con ellos ni a entender su manera de actuar. Desde
el primer momento, Gabe me ha parecido un personaje egoísta y aprovechado
que devalúa a Lucy y la utiliza cuando lo necesita. Sí, es idealista,
soñador y tiene esa apremiante necesidad por cambiar el mundo y lograr algo
importante con su vida, pero SPOILER ¿es necesario dar señales de vida
únicamente cuando estás destrozado y sin pararte a pensar en la otra persona? /SPOILER. Lucy,
por otro lado, me ha sacado de mis casillas por las decisiones tan
incomprensibles que toma SPOILER como cuando cree que Darren le está
siendo infiel y, en lugar de enfrentarse a esa posible realidad y descubrir si
es cierta, decide serlo ella también con Gabe, para luego dejarlo tirado cuando
se entera de que estaba equivocada /SPOILER y por la obsesión que
siente por Gabe. Es cierto que da prioridad a su carrera, ¿pero a qué precio? Y
la relación entre ellos... me parece obsesiva y tóxica, en ningún momento he
visto ese amor único y verdadero como la autora intenta plasmar. Creo que
va a ser una opinión impopular, pero solo he visto una relación de dependencia
emocional en la que Lucy se ve atraída por Gabe como una polilla hacia la luz.
Pero bueno, otro punto que he disfrutado, junto al estilo narrativo, ha sido la
ambientación de la historia, ya que se da en Nueva York y estáis ante una
neoyorquina de corazón. Así que imaginarme en el entorno de Lucy, en su
piso del Upper East Side o el de Brooklyn, en los bares y cafeterías de la zona
me ha encantado. Aunque, como os comentaba antes, no se da especial
importancia al resto de aspectos de la novela, la ambientación no está
totalmente trabajada, pero no quita que se disfrute. Sobre todo si os encanta
Nueva York y queréis vivir allí.
Así que, en resumen, La luz que perdimos es una
novela que he disfrutado leyéndola y he tardado poquísimo en terminarla, pero
que me ha decepcionado y enfadado a partes iguales. Me ha parecido que
todo el conflicto narrativo se debe a una pésima y continua toma de decisiones
basadas en la cobardía que impide luchar por lo que se quiere y superar los
malos momentos. Es cierto que el libro invita a reflexionar sobre el tema,
pero, desgraciadamente, no por ello logro ver esa historia de amor que todo lo
consume y hacer sentir invencible e infinito.
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