Las chicas (Emma Cline)
¡Hola, preciosidades! Hoy os traigo la reseña de Las chicas, un libro que esconde una historia real bastante macabra, ya que está basado en los asesinatos cometidos por las chicas Manson.
Título: Las chicas | Autora: Emma Cline | Saga: Autoconclusivo
Editorial: Anagrama| Páginas: 344 | Precio: 19,90€
LECTURA DE SEPTIEMBRE DEL CLUB DE LECTURA PARADA LECTOR
Editorial: Anagrama| Páginas: 344 | Precio: 19,90€
LECTURA DE SEPTIEMBRE DEL CLUB DE LECTURA PARADA LECTOR
California. Verano de 1969. Evie, una adolescente insegura y solitaria a punto de adentrarse en el incierto mundo de los adultos, se fija en un grupo de chicas en un parque: visten de un modo descuidado, van descalzas y parecen vivir felices y despreocupadas, al margen de las normas. Días después, un encuentro fortuito propiciará que una de esas chicas –Suzanne, unos años mayor que ella– la invite a acompañarlas. Viven en un rancho solitario y forman parte de una comuna que gira alrededor de Russell, músico frustrado, carismático, manipulador, líder, gurú.
Fascinada y perpleja, Evie se sumerge en una espiral de drogas psicodélicas y amor libre, de manipulación mental y sexual, que le hará perder el contacto con su familia y con el mundo exterior. Y la deriva de esa comuna que deviene secta dominada por una creciente paranoia desembocará en un acto de violencia bestial, extremo…
He de decir que tenía las expectativas un poquito elevadas con este libro, pero no ha sido tan espectacular como esperaba. La premisa de la historia es interesante, aunque también morbosa ya que no deja de estar ¿inspirada? en el asesinato de Sharon Tate a manos de la Familia, la secta liderada por Charles Manson. Aunque no es el eje principal y realmente queda relevado a un puesto secundario, es esencial para la trama.
En Las chicas conocemos la historia de Evie Boyd, una mujer que vive en la casa de la playa su anterior pareja. Cuando el hijo de éste se presenta con su novia sin previo aviso, Evie no puede evitar identificarse con los jóvenes, que de alguna forma le recuerdan a su yo adolescente: insegura, rebelde, incomprendida, solitaria, perdida en la vida... Así, Evie se abre a la pareja y comparte con ellos sus vivencias con la secta, desde el momento que se quedó prendada por un grupo de chicas hippies despreocupadas que disfrutaban de su libertad hasta que cometió tales atrocidades.
De este modo, la historia, narrada por Evie, oscila entre el presente en la casa de la playa y su adolescencia, cuatro décadas atrás. Pese a que la idea está bien planteada, personalmente no la he visto bien encauzada, ya que, aunque la Evie adulta se pone en la piel de la Evie del pasado, las conclusiones y reflexiones de los recuerdos parecen palabras de la Evie del presente (menudo lío, ¿no?). Esta mezcla de pensamientos puede resultar un poco confusa en determinados momentos.
Aún así, Emma Cline tiene un estilo directo y sencillo, bastante evocador. Logra transportarnos a ese verano de 1969 e incluirnos en la historia de Evie como si estuviéramos a su lado, observándola. Como si fuésemos una más de las chicas. Pero, sobre todo, la autora consigue mostrar claramente la personalidad de la protagonista, haciéndonos volver al pasado al sentirnos en la pubertad otra vez, compartiendo la misma vulnerabilidad, inseguridad, frustración, rebeldía y necesidad de aceptación y pertenencia al grupo características de esos años. Considero que este punto es lo primordial de la historia y el verdadero mensaje que Cline pretende compartir con los lectores, ya que, sin estos sentimientos, sin esta desesperada necesidad que siente Evie, no habría historia.
Eso sí, los personajes no son tan complejos como cabría esperar. Aunque ahonda en las repercusiones de la baja autoestima y la exposición a entornos peligrosos, las chicas resultan bastante predecibles en general. Además, Cline hace demasiado hincapié en la inseguridad de Evie, y su consecuente vulnerabilidad ante la manipulación de Suzanne, hasta el punto de resultar cargante, dejándome un poco estancada en algunos momentos de la lectura donde se me hacía un mundo continuar leyendo. En este sentido, considero que al libro le sobran páginas, ya la vulnerabilidad de la protagonista queda clara prácticamente desde el inicio de la novela y es innecesario seguir justificándola.
En resumen, Las chicas, aun con ese trasfondo que pueda parecer más una estrategia de marketing para centrarse en su verdadero objetivo, se convierte en un viaje al pasado, donde se muestra la vulnerabilidad de la adolescencia y las repercusiones que pueden derivarse ante la exposición de entornos nada aconsejables.
En Las chicas conocemos la historia de Evie Boyd, una mujer que vive en la casa de la playa su anterior pareja. Cuando el hijo de éste se presenta con su novia sin previo aviso, Evie no puede evitar identificarse con los jóvenes, que de alguna forma le recuerdan a su yo adolescente: insegura, rebelde, incomprendida, solitaria, perdida en la vida... Así, Evie se abre a la pareja y comparte con ellos sus vivencias con la secta, desde el momento que se quedó prendada por un grupo de chicas hippies despreocupadas que disfrutaban de su libertad hasta que cometió tales atrocidades.
De este modo, la historia, narrada por Evie, oscila entre el presente en la casa de la playa y su adolescencia, cuatro décadas atrás. Pese a que la idea está bien planteada, personalmente no la he visto bien encauzada, ya que, aunque la Evie adulta se pone en la piel de la Evie del pasado, las conclusiones y reflexiones de los recuerdos parecen palabras de la Evie del presente (menudo lío, ¿no?). Esta mezcla de pensamientos puede resultar un poco confusa en determinados momentos.
Aún así, Emma Cline tiene un estilo directo y sencillo, bastante evocador. Logra transportarnos a ese verano de 1969 e incluirnos en la historia de Evie como si estuviéramos a su lado, observándola. Como si fuésemos una más de las chicas. Pero, sobre todo, la autora consigue mostrar claramente la personalidad de la protagonista, haciéndonos volver al pasado al sentirnos en la pubertad otra vez, compartiendo la misma vulnerabilidad, inseguridad, frustración, rebeldía y necesidad de aceptación y pertenencia al grupo características de esos años. Considero que este punto es lo primordial de la historia y el verdadero mensaje que Cline pretende compartir con los lectores, ya que, sin estos sentimientos, sin esta desesperada necesidad que siente Evie, no habría historia.
Eso sí, los personajes no son tan complejos como cabría esperar. Aunque ahonda en las repercusiones de la baja autoestima y la exposición a entornos peligrosos, las chicas resultan bastante predecibles en general. Además, Cline hace demasiado hincapié en la inseguridad de Evie, y su consecuente vulnerabilidad ante la manipulación de Suzanne, hasta el punto de resultar cargante, dejándome un poco estancada en algunos momentos de la lectura donde se me hacía un mundo continuar leyendo. En este sentido, considero que al libro le sobran páginas, ya la vulnerabilidad de la protagonista queda clara prácticamente desde el inicio de la novela y es innecesario seguir justificándola.
En resumen, Las chicas, aun con ese trasfondo que pueda parecer más una estrategia de marketing para centrarse en su verdadero objetivo, se convierte en un viaje al pasado, donde se muestra la vulnerabilidad de la adolescencia y las repercusiones que pueden derivarse ante la exposición de entornos nada aconsejables.
2 comentarios. ¡Aprovecha y deja tú uno!
¡Hola!
ResponderEliminarTu reseña me ha dejado muy sorprendida... Y sí, es un libro macabro, pero no lo digo por eso. Yo tenía una idea preconcebida del libro muy distinta a lo que es en realidad, y eso me ha descolocado mucho. Una pena que te haya decepcionado, yo no creo que lo lea.
¡Nos leemos!
Lua.
He podido leer opiniones parecidas a la tuya, es bueno pero no para tanto, yo tengo muchas ganas de leerlo por el morbo histórico, jeje. Habrá que ver esos resbalones con mis propios ojos. Un beso grande. ;)
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