Ya había leído anteriormente a Esther Sanz (el año pasado devoré la saga de El bosque en cuestión de dos o tres días) y, como en esa ocasión, ha sido una lectura espectacular. La autora tiene un don a a la hora de escribir. Su pluma, preciosa y ligera, hechiza y mantiene al lector enganchado al libro. La trama es profunda, misteriosa y algo oscura, con pinceladas paranormales. No falta el amor, la traición, la tensión y los giros inesperados que nos dejan con la boca abierta. Una maravilla, vamos.

De los personajes realmente no tengo mucho que decir, ya que siento que, al no haber leído el primer libro, me falta mucha información. Lou me ha parecido una buena protagonista y, al estar la historia narrada desde su perspectiva, es sencillo empatizar con ella. Aunque no veo una evolución marcada, supongo que por lo que os comentaba antes, me ha gustado que sea valiente y curiosa. Patrick está rodeado por un aura de enigmas y misterio que me ha gustado bastante, aunque he de reconocer que su forma de ser, al menos respecto a la forma en que toma decisiones y las lleva a cabo, no me ha parecido de lo más inteligente. Esperaba más de él.

Además de los protagonistas, conocemos a otros personajes secundarios para nada planos que resultan de suma importancia para la trama, aportando mucho a la historia. Me parece un punto a destacar ya que muchos autores flaquean en este aspecto y, por el contrario, Esther Sanz sabe sacarle provecho.

Respecto al romance, me ha sorprendido para bien el poco peso que tiene. Esperaba una historia totalmente romántica con toques oscuros y me he encontrado con que el amor no está muy presente a lo largo de toda la historia, aunque la relación de Lou y Patrick el motor principal de la misma. Eso sí, el triángulo amoroso me sobra, lo siento. Ya sabéis que no puedo con ellos y aquí era innecesario.

La ambientación me ha fascinado. Os he comentado antes el don que tiene la autora para narrar, pero la forma en que nos transporta a Londres y la isla de Sark es sublime. Las descripciones son detalladas sin llegar a estar recargadas y, básicamente, absorbe al lector al interior de su libro. Desde luego he disfrutado muchísimo sentirme dentro de toda esa atmósfera de misterio, recorriendo los pasillos de Silence Hill.

En resumen, un libro de diez del cual siento que no he disfrutado al 100% por no haber leído la primera entrega. Por lo que os lo recomiendo sí o sí, pero antes os recomiendo que no hagáis como yo y os leáis el primer libro. De hecho estoy deseando hacerme con él para poder hacer una relectura de Si el amor es un canto de sirena y conocer más de de la isla y el hotel.