La historia que encontramos está llena de misticismo y mitología oriental. La autora nos transporta a otra cultura y otra época, donde las leyendas no son sólo cuentos de viejas y la magia es un elemento más de la naturaleza. La trama se divide en tres partes: los inicios de Xifeng, su viaje y, por último, su vida en la ciudad imperial. Si bien puede pecar de introductoria y ser un poco lenta en ocasiones, sobre todo la primera parte, ya que parece que quiere arrancar pero no lo consigue nunca, realmente se deja disfrutar. Eso sí, si esperáis acción, no os hagáis muchas ilusiones.

A lo largo de todo el libro recorremos varios escenarios del mundo que ha creado la autora. Conocemos la humilde aldea de Xifeng, donde ha vivido toda su vida; el Gran Bosque, un lugar que rebosa magia en sí mismo y que está plagado de criaturas fantásticas, como los tengaru; y, por último, la Ciudad de las Mujeres y el Palacio. La ambientación está muy lograda y no es complicado imaginar la atmósfera de cada uno de esos lugares.

Como veis, la ambientación es el punto fuerte de la novela. Sin embargo, es en los personajes donde la autora flaquea. Los secundarios resultan algo planos y sirven de bulto para contar la historia de la protagonista: sin ellos, no es nada. Aunque la evolución de Xifeng me ha gustado mucho (el paso de una campesina asustadiza, pobre y maltratada a una emperatriz poderosa, orgullosa e invencible), el porqué de la misma no me ha convencido ya que no es la idea que esperaba de esa villana. Pero bueno, si os gustan los villanos como a mí, merece la pena ver la mujer en la que se convierte.

Los ingredientes que componen el perfil de la madrastra de Blancanieves, es decir, la obsesión por la belleza y juventud eternas, el espejo, el cazador..., los vamos encontrando con mucha lentitud a medida que Xifeng va tomando las decisiones que la conducen a su destino. No podemos olvidar que El bosque de los mil farolillos es la primera parte de una trilogía donde se explica el nacimiento de su maldad, por lo que no nos vamos a encontrar con la mala del cuento enseguida.

En resumen, esta primera entrega de la trilogía es un buen comienzo para conocer la vida de Xifeng y de cómo se convierte en un personaje malvado y perverso. Aunque la historia es un poco introductoria y no engancha todo lo que cabía desear, su originalidad y el final deja con ganas de más: de conocer más lugares de ese mágico mundo oriental, de continuar con subtramas que quedan en el aire y de disfrutar de la creciente maldad de la protagonista.