Roseblood (A.G. Howard)

by - 22.7.18

¿A que no adivináis quién se moría de ganas por hacerse con este libro? Cuando lo recibí me moría de ilusión, un retelling de El Fantasma de la Ópera, por favor, ¿a quién no le podía llamar esta historia? Sin embargo, como lo comenté hace poco en bookstagram, el boom de los retelling es un poco peligroso, y nunca sabemos si nos podemos sorprender para bien o para mal... Y en esta ocasión, no he sentido que se trate de un retelling propiamente dicho, sino más bien de una continuación del clásico.

Título: Roseblood | Autor: A.G. Howard | Saga: Autoconclusivo
Editorial: Oz | Páginas: 384 | Precio: 17,90€

LECTURA DE ENERO DEL CLUB DE LECTURA PARADA LECTOR

Rune es una adolescente con un don innato para la ópera, pero cada vez que canta enferma. Por este motivo, su madre decide enviarla a Roseblood, una academia de música donde puede aprender a dominar su voz y superar su aparente pánico escénico. Muy pronto Rune se dará cuenta de que ocurren cosas extrañas en la academia, que el aura de misterio es más real de lo que podía imaginar y que las leyendas nunca mueren.

Bien, comenzamos con una premisa que, personalmente, me ha obsesionado. Para quien no lo sepa, la música me apasiona, y que sea el hilo conector y tenga un papel tan primordial en la historia me ha cautivado. Si encima se le añade el misterio/terror del Fantasma, ¡¡wow!! Mis dieces, A.G. Howard, has creado una mezcla maravillosa y única.

El libro al principio me tenía enganchada por este amor que os comento, aunque reconozco que había partes que resultaban demasiado lentas y en las que sentía que no ocurría nada, como si estuviera de espectadora en una escena estática sin fin. La pluma de la autora me ha gustado mucho, si bien os comentaba antes había párrafos en los que se extendía demasiado y resultaban banales para la trama. Por los demás, resulta una historia de más de tranquila, en la que he echado de menos más escenas de acción y de mayor longitud, pero bueno, es un mal menor. Aunque volveré a este tema más adelante.

La ambientación me ha parecido increíble. Como os comentaba, el estilo de la autora me ha parecido muy bonito (cuando no se extendía más de la cuenta), y ha dado forma a una ambientación oscura, misteriosa y halloweenesca con ligeras pinceladas que me recordaban a la atmósfera de Crepúsculo (pese a situarnos en París). He disfrutado mucho este punto de la lectura, siento que la autora lo ha trabajado y ha sabido plasmar perfectamente la idea que tenía en su cabeza.

Por otro lado, los personajes... bueno. Aunque conocemos el trasfondo de las historias principales, realmente son muy planos. No se llega a conectar con ellos porque son más un reclamo necesario para que la historia exista que otra cosa. No son memorables ni tienen vida, están ahí obedeciendo las órdenes de la autora sin más. Es una pena que A.G. Howard haya flaqueado en este punto porque la historia habría ganado muchísimo más, pero tampoco es algo que nos haga la lectura imposible. Como consecuencia, la historia romántica ha resultado poco creíble. Me faltaba ver entre los personajes esa química indiscutible de la que tanto se habla.

Para finalizar, sorprendentemente me he sentido muy decepcionada con la lectura. Durante toda la historia, la autora juega mucho con el misterio en la narración. Deja pistas, relatos a medio contar para generar intriga e, imagino, para que el lector ate cabos. Por mí genial, aunque quizá pueda cansar un poco. Personalmente es un recurso que no me ha desagradado. Sin embargo, tengo dos quejas que se han cargado toda la historia. Por un lado, el final es muy brusco, se resuelve precipitadamente y en menos páginas de las que cabía esperar habiéndonos acostumbrado a un estilo en ocasiones algo lento y pomposo. Por otro, las explicaciones que se dan. Algunas me parecían simplemente ridículas, otras farragosas y otras directamente no sé si no las he entendido o no se han dado, pero me he quedado con alguna que otra duda. Este aspecto me ha decepcionado muchísimo, porque la historia prometía infinito y me ha dado la sensación que a A.G. Howard se le ha ido de las manos el argumento.

Aún así, es una historia que, hasta poco antes del final, he disfrutado bastante y me ha cautivado por completo. Si le doy una puntuación "tan alta" es básicamente por la ambientación y la música, ya que la forma en que ha trabajado estos elementos personalmente me toca el corazoncito. Además, su pluma me ha dado muchas ganas de leer más de la autora, así que pronto me haré con su saga Susurros, que he visto que ronda por la biblioteca. Sólo espero que no tenga un final tan decepcionante como esta, por lo que ya os contaré.



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