Amy es una adolescente que decide dejar su mundo atrás al embarcarse en un viaje de trescientos años de duración. El motivo: ha sido descubierto un nuevo planeta habitable, bautizado como Tierra Centauri, y sus padres son imprescindibles en el proceso de terraformación del mismo. Sin embargo, Amy despierta antes de que la nave espacial en la que viaja criogenizada, la Fortuna, llegue a su destino. Junto a Elder, el futuro líder de la Fortuna, tendrá que descubrir los secretos que encierra la nave, tales como por qué ha despertado antes de tiempo, por qué están descongelando a más personas criogenizadas o quién es el asesino... 

La trama es un poco simple, sobre todo al inicio. La introducción -las primeras 150 páginas, aproximadamente- se hacen un poco pesadas y lentas, ya que no dan la sensación de avanzar en la historia y parecen un poco de relleno. Pero a medida que continúa, va resultando más interesante. Van surgiendo más secretos, más misterios que están conectados entre sí. Pese a que es bastante predecible en ciertos ámbitos, como en quién es el asesino, es un libro bastante entretenido y bien elaborado. Según avanza la historia, se va haciendo uso de bastantes cliffhangers y varios plot twits inesperados. Personalmente, el curso de la trama me pareció bastante atractivo e inquietante, sobre todo por las diferencias tan claras que se dan en una sociedad en la que tantas generaciones no conocen nada más que la nave en la que ha nacido y muerto en comparación con la sociedad actual. Por eso, y por el mantenimiento de un liderazgo que lleva siglos vigente.

La longitud de los capítulos es variable, según el momento de la historia en el que nos encontremos. Cada capítulo está narrado en primera persona, alternando las voces de los dos protagonistas, Amy y Elder. El ritmo de lectura es bastante rápido, y como en ciertos momentos las tramas de Elder y Amy toman cursos distintos, pero igualmente relacionados, embauca bastante.

Encontramos que hay bastantes personajes secundarios, algunos con mayor peso en la trama que otros. En general, suelen ser bastante planos salvo por un par de excepciones. Los principales, Amy y Elder, están bien elaborados y con personalidades definidas y creíbles. Me gustaron mucho. La evolución es más clara en Elder que en Amy, dadas las circunstancias. Por otro lado, Eldest -el líder actual de la nave- me pareció el personaje peor construido. No vi coherencia en su psicología, tenía una personalidad muy cambiante sin lógica que lo respalde y sus actos y reacciones eran desorbitadas en ciertas ocasiones. Lo entendí como un recurso cuyo fin era aclarar lo malvado que es Eldest, sin más. Para mí, ha restado puntos a la historia.

La ambientación está muy lograda, ya que toda la historia sucede en un único escenario. Por este motivo, puede parecer extraño que el libro resulte entretenido, pero la nave es como un pequeño mundo en miniatura, que tiene su propio clima -artificial, por supuesto-. Sinceramente, me parecía más interesante pensar que sólo había tres personajes -Amy, Elder y el asesino- y que la acción ocurría en una nave especial típica, pero la autora ha sabido sacar provecho a cada nivel de la nave. En la parte interior de la sobrecubierta encontramos un mapa de la nave, para no perdernos mientras acompañamos a los protagonistas. Es un detalle que viene genial.

El romanticismo es algo casi terciario en esta primera entrega de la novela. Se da más importancia a la amistad que al amor, cosa que me ha encantado.

En definitiva, es un libro entretenido, aunque bastante predecible, que destaca más por la originalidad de su trama que por la elaboración de los personajes.