Tilla es la hija ilegítima de Lord Kent. Esto significa que Tilla es una bastarda y, como tal, no tiene los mismos derechos ni privilegios que sus hermanas. Una noche, tras una celebración en honor de la princesa Lyriana, Tilla se escabulle a la playa con su hermano, su amigo, la misma princesa y un zitochi que acaba de conocer. Durante esa escapa nocturna presencia un crimen que les sume en la más grande de las tristezas y pone en peligro sus vidas. Solos y con un precio bastante alto por sus cabezas, deberán huir dejando atrás todos sus recuerdos y evitar una nueva guerra que se avecina.

Los Bastardos Reales ofrecía mucha aventura y aún más acción, pero se me han quedado bastante cortas estas sensaciones porque han estado presentes en contadas ocasiones durante la lectura. Narrado en todo momento por la misma Tilla, el inicio de la historia engancha. Sienta las bases de la historia que se va a desarrollar, mostrándonos el contexto actual de los personajes principales, a los que poco a poco iremos conociendo, y poniéndonos ligeramente en situación del ambiente histórico-político general. Dicho lo cual,  lo verdaderamente importante ocurre al inicio y al final del libro: entre medias no pasa nada más que el día a día de los personajes. ¿Dónde está esa promesa de acción y supervivencia?

¿Y los personajes? Realmente me siento muy decepcionada con ellos. No he podido conectar con ninguno; de hecho, salvo Lyriana, quizás, nadie me ha caído especialmente bien. Son bastante planos,  de mentalidad infantil y parecen sacados del tarro de los clichés, cada uno con un rol muy estereotipado: la chica que necesita ser salvada, el chico duro con una historia detrás que explica su frialdad, el gracioso/vacilón del grupo... No he visto ninguna evolución decente en ellos, más allá de una muy fuerte pataleta infantil que me dejó con cara de "¿qué me estás contando?". Esa falta de profundidad en ellos es la que me ha impedido cogerles cariño y, como consecuencia, ha hecho que las acontecimientos que les suceden no me afectaran en absoluto.

¡Ah! Me olvidaba algo importante que comentaros: el romance. Me pareció muy mal llevado al tratarse de un instalove que se huele a kilómetros y unas historias secundarias predecibles, que parecen metidas con calzador para darle salseo al asunto, y en las que no se profundizan en los sentimientos de los personajes. 

Otro punto negativo que saco a libro es la ambientación, la cual brilla por su ausencia. Más allá de no saber exactamente dónde nos encontramos, no hay apenas descripciones de los lugares que atraviesan y eso impide profundizar en la historia y ponernos en situación. Como os decía antes, en los primeros capítulos se nos explica muy poco el contexto histórico y político del ¿mundo? ¿Reino? ¿Lugar donde están los personajes? Partimos de la base sabiendo que hay otra ¿raza?, los zitochis, muy suyos y con una cultura propia. Pero, ¿qué son? ¿Por qué son distintos? No se ahonda nada de nada en la ambientación de la trama, nos quedamos en un nivel muy superficial en el que se generan más dudas que respuestas y, personalmente, me parece que el autor podía haber sacado mucho jugo al tema pero no ha sabido exprimirlo al cien por cien.

Pero no todo es malo y pese a toda esta falta de profundidad general en la historia que afecta a tantos niveles, es una lectura amena y muy ágil, que no se hace densa ni pesada. El libro se deja leer fácilmente y no es extraño acabarlo en una tarde. Creo que el ritmo rápido de lectura se debe, en parte, al ansia de saber si la historia toma sustancia, si por fin podemos ver esa aventura que se nos promete en el argumento. Y, como os comentaba, lo importante sucede al principio y al final, por lo que no es un libro que deje con mal sabor de boca. Es más, la historia acaba en un punto de inflexión que deja con mucha curiosidad al lector para saber cómo se van a desarrollar los futuros acontecimientos. 

Así que, en resumen, Los Bastardos Reales es una lectura fresca y entretenida, con un ritmo de lectura rápido y una pluma ligera, donde la sustancia de la historia se encuentra entre los primeros y últimos capítulos. Como primera parte de una trilogía no está mal ya que sienta las bases de lo que sucederá en el futuro y deja con bastantes ganas de saber qué ocurrirá.